La empresa considera el padre de sus empleados y como tal tiene la responsabilidad de regular sus vidas a través de la empresa casas, tiendas, hospitales, teatros, programas deportivos, iglesias, publicaciones y códigos de conducta dentro y fuera del trabajo. Paternalismo también era frecuente en empleo público. Profesores en 1915 no se les permitía casarse, compañía con hombres, viajar más allá del ciudad los límites, humo, vestido en colores brillantes, o usar faldas más cortos de dos pulgadas por encima de los tobillos.